Pablo Milanés habla sobre su hija Haydée

Yo soy el papá de Haydée. Les digo que cuando Haydée comenzó a cantar, dijo llamarse Haydée nada más, para no explotar el apellido de su padre. Yo hubiera hecho lo mismo.
Luego, más tarde, cuando más o menos la conocían, Haydée no cantó las canciones de su padre, porque eso, supuse yo, era ir hacia lo fácil. Tenía razón, yo hubiera pensado lo mismo.

Hoy en día Haydée realizó de sus canciones los arreglos, producción, etcétera; también un disco de Marta Valdés, una de las mejores compositoras de Cuba del siglo XX, XXI y posiblemente del XXII, disco del que Leonardo Padura dice: “Esta joven intérprete, que siempre nos ha arropado en su sensibilidad melódica y lírica, ha decidido esta vez (otra vez) nadar contracorriente y, mirando hacia un rincón dorado de la tradición cancionera cubana, realizar una obra delicada, sensual e inteligente que tal vez no arrebate a las grandes audiencias, pero satisfará los gustos y expectativas de las más exigentes. Y su secreto para lograrlo resulta tan simple como difícil de conseguir: una mezcla bien dosificada de riesgo, inteligencia, talento y, sobre todo, de algo tan gratificante como el buen gusto.”

Ahora Haydée canta un disco conmigo, buscando en mi archivo canciones hasta de la década de los 60, con arreglos de ella, producción, y nuevamente un etcétera. Realmente, yo no voy a decir nada de Haydée. Soy su papá y los papás solemos hacer el ridículo cuando hablamos de nuestros hijos; sólo sé que a estas alturas y después de pasar todas las pruebas, yo habría hecho lo mismo. Ahora, nadie me puede impedir que yo diga que a mí… me gusta.

Pablo Milanés